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13 de abril de 2016

El archivo de sanciones leves mina la autoridad de los Agentes de Medio Ambiente

Los Agentes de Medio Ambiente de Málaga denuncian que han perdido autoridad como puede verse en esta imagen colgada en una conocida red social
El pasado 8 de abril el Sindicato Andaluz de Funcionarios de Málaga presentó en la delegación territorial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía un escrito en el que denunciaba la relación entre la falta de personal en las oficinas donde se incoan los informes y sanciones de este área, con el consiguiente archivo masivo de las denuncias que no da tiempo a atender, y que esto estaba acarreando «el descrédito» de los Agentes de Medio Ambiente en el normal ejercicio de sus funciones. 

El escrito vinculaba estos hechos a que los infractores «conocen que si cometen una falta leve no les va a ocurrir nada. Además de la desmotivación que sufren por ello los Agentes de Medio Ambiente por saber que su trabajo, cuando está tipificado como falta leve, no va a tener ningún efecto»

Aquí la denuncia iba más lejos al advertir que esta laxitud estaba llevando a vivir situaciones «dantescas, de gente que se ha subido a un coche de los agentes para hacerse una foto y burlarse de la autoridad, ya que saben que no les va a pasar nada si les sancionan». 

"Por estas razones el escrito avisa con llegar a Fiscalía ya que podría deducirse, de esta dejación de la función pública, un delito de prevaricación. Esto sería punible si se confirmara que hay una premeditación, ya que al parecer esta demanda ha sido más de una vez trasladada a las más altas instancias de la delegación sin tener respuesta al respecto y habiendo acabado en una denuncia formal en 2010 con el anterior coordinador del área. 

De esta manera, el SAF recuerda que se está incumpliendo el punto 7 del artículo 10 del Estatuto de Andalucía en el que se asegura «la mejora de la calidad de vida de los andaluces y andaluzas, mediante la protección de la naturaleza y del medio ambiente», entre otras cosas.

Un Agente Forestal, que prefiere mantenerse en el anonimato, confirmó a este medio este extremo «ya que somos 120 Agentes Medioambientales en toda la provincia, más el Seprona y el resto de la policía que cuando denuncian mandan la sanción a una oficina de Málaga donde trabajan sólo entre tres y cuatro personas diariamente. Con ese volúmen de trabajo, los efectivos que hay dan curso a las más graves y las leves acaban por quedarse en un montón que tras seis meses prescriben y quedan archivadas», relata.

Además de esto este agente critica que generan mucha indefensión en el terreno. «Porque tampoco se nos avisa de cuando son incoadas o prescritas y a veces cuando sancionamos a una persona por segunda vez, hemos llegado a notar que esta persona se ha reído de nosotros porque sabe que no le ha llegado la multa primera y nosotros no».

«Además esto tiene un coste medioambiental para los andaluces y la administración está haciendo oídos sordos a esta reclamación», añade. En este punto este agente indica que sanciones leves que están sido 'sobreseídas' son las referidas, por ejemplo, con la captura de aves fringílidas (jilgueros o verderones) conredes, cazar conejos fuera de época, por la quema de restos sin autorización (con el peligro que eso supone en este año de sequía), desbroces de campo forestal, exceder el cupo de aves cazadas, no llevar toda la documentación como licencias o incumplir por ejemplo condiciones sanitarias en talleres de vehículos o desagües.

«Se genera una situación de impunidad y de inseguridad propia», alerta ya que muchos de ellos se ven multando en lugares recónditos a individuos armados. «La Ley Mordaza nos ha quitado autoridad, nadie se subiría en el coche de un Guardia Civil para hacerse una foto», relaciona sobre el caso denunciado. 

"Otro compañero, que tampoco se atreve a identificarse, «porque luego van a por tí», asegura que de esta manera se fomenta el furtivismo. «En casa tengo 300 copias de expedientes que he puesto en mi comarca algunos compañeros y yo, y no han ido a ningún sitio. No han sido multados los infractores», confiesa desde casi el abatimiento. 

«Recientemente en nuestra oficina se presentó un señor que había sido multado por nosotros con hasta diez expedientes. Era presidente de un coto y había cazado con trampas, lazos etcétera y nos llegó a vacilar diciendo; «pues al final no me han abierto ni un expediente», lamenta éste, que agrega que en una ocasión un cargo político del área le recetó que «pusiera menos multas y hablase más con los infractores para así no crear alarma social». 

Fuente: elmundo.es
 

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