Según han podido conocer las distintas asociaciones de
voluntariado ambiental que trabajan en el salvamento del aguilucho
cenizo (Circus pygargus), la Dirección General de Gestión del Medio
Natural de la Consejería de Medio Ambiente ha decidido suprimir este año
el programa de conservación de esta rapaz esteparia catalogada como
“vulnerable” en la Ley 8/2003 de Flora y Fauna de Andalucía. La medida
ha sido recibida con “incredulidad” en el seno de los grupos ecologistas
que no acaban de entender cómo una especie amenazada puede ser tratada
con tanta indiferencia y desinterés por parte de la administración
andaluza.
El biólogo y presidente del grupo ecologista Ituci Verde, Chema Fernández,
declaraba que “es incomprensible cómo la Junta puede suprimir un
programa de conservación cuando la propia ley obliga a la administración
a destinar fondos para el salvamento de las especies amenazadas en
nuestra comunidad”. En este sentido, el máximo responsable de los
ecologistas de Escacena y Paterna del Campo informa también que el
aguilucho cenizo es una especie “bandera” de las campiñas de Huelva, un
elemento “esencial” del patrimonio natural de los paisajes rurales y
agrarios de Andalucía, especialmente en el Campo de Tejada, donde
disfruta de una de las mayores colonias de cría de toda la geografía
onubense.
En lo que se refiere a su conservación, el aguilucho cenizo
presenta una problemática similar a otras aves esteparias amenazadas y
que consistente en que construye sus nidos directamente sobre los campos
de cereal, de manera que cuando comienza la siega del trigo los pollos
son demasiado pequeños para volar y mueren atropellados o mutilados por
las cuchillas de las cosechadoras. Los voluntarios de las asociaciones
Ituci Verde (Escacena y Paterna) y Alcarayón (Carrión y Pilas),
manifiestan que “el aguilucho cenizo es una especie que por sus hábitos
de nidificación necesita un control permanente por parte de la
administración para la localización, marcaje y manejo de sus nidos a fin
de evitar la mortalidad por la siega mecanizada del cereal”, por ello
denuncian que “a sabiendas de que el aguilucho cenizo necesita
insoslayablemente de este programa de conservación, este año no habrá
ningún auxiliar destinado al trabajo de campo ni tampoco se habilitará
un teléfono para que los agricultores, maquinistas de cosechadora o los
propios voluntarios, puedan llamar para alertar sobre la existencia de
nidos con huevos o pollos, por lo que a principios de junio la
mortalidad podría ser fatal para el mantenimiento de las colonias”.
Para Fernández la eliminación del proyecto pone de manifiesto “el
enorme desinterés de la Junta en la conservación de esta rapaz, así como
su doble rasero, pues por una parte se aprueban normativas sobre el
papel para conservar especies pero a la hora de la verdad no muestran
una voluntad decidida para cumplir con las disposiciones de la propia
ley, y eso es algo que los políticos, como responsables últimos de estas
decisiones, deberán replantearse si quieren recuperar un mínimo de
credibilidad ante la ciudadanía”.
Finalmente y en nombre de los grupos ecologistas que llevan más de
17 años trabajando en el voluntariado para el salvamento del aguilucho
cenizo, desde las asociaciones Ituci Verde y Alcarayón han querido
agradecer a los técnicos, auxiliares de campo y Agentes de Medio Ambiente de Huelva “el gran trabajo y esfuerzo que hacen, con pocos
medios y recursos, para salvar a esta especie, muchas veces debiendo
realizar gastos de su propio bolsillo para desplazamientos o compra de
materiales por la falta de fondos que la Junta destina a la conservación
de esta especie”.