Especialistas de Medio Ambiente instalan en un barranco una
estructura metálica para la cría de una pareja de águilas perdiceras
fuera del alcance de depredadores y expoliadores. La intervención se ha producido a causa de la vulnerabilidad del
nido, que atrae a expoliadores de huevos que los venden en el mercado
negro.
Un nuevo hogar, más seguro y de mejor calidad. Así se puede definir
la actuación realizada estas últimas semanas con el fin de que una
pareja de águilas perdiceras recuperaran un nido que habían perdido,
probablemente, por la acción del hombre.
La reciente reconstrucción de este nido de águila perdicera forma
parte de las actuaciones que la Consejería de Medio Ambiente y
Ordenación del Territorio lleva a cabo para la conservación de la Flora y
la Fauna amenazada en Andalucía. En concreto, la intervención en Coín
ha sido realizada por un equipo especializado de Agentes de Medio
Ambiente, cuyo grupo, de índole regional, tiene la denominación de
Unidad Vertical de Conservación en Altura.
El águila perdicera, catalogada como especie vulnerable, es una de
las especies rapaces más características de la provincia de Málaga, que a
su vez es una de las provincias con más parejas reproductoras de
Andalucía, siendo esta región la que tiene una mayor población de
España. Su hábitat natural para anidar son cortados rocosos y sierras no
excesivamente altas, y suele tener hasta quince años de vida, y hasta
prácticamente el final de su ciclo vital tiene capacidad de
reproducción, en la que, por lo general, produce tres huevos en cada
puesta. La reproducción de esta especie se produce una vez al año. El
cortejo suele ser a finales de noviembre y el pollo ya vuela en junio.
El nombre técnico del águila perdicera es el águila de Bonelli, y como
su nombre indica, se alimenta de conejos, roedores e incluso otras aves.
El águila perdicera tiene una importante incidencia en el contexto de
la provincia, ya que es un rapaz emblemático en la historia de Málaga y da nombre a numerosos enclaves de la provincia, como el Cerro del Águila o el Tajo del Águila.
Zona de acceso fácil.
La intervención en Coín se produce, según fuentes de la Junta de
Andalucía y que han trabajado en esta actuación, como consecuencia de la
vulnerabilidad del nido que tenía esta pareja. «Estaba en una zona de
acceso fácil para expoliadores de huevos que los venden en el mercado
negro», aseguran estas fuentes, un motivo preocupante para esta especie.
«Los expoliadores y la predación de mamíferos carnívoros son las
principales causas que motivan que los huevos de águila perdicera no
salgan adelante». Por esta razón, además, no se puede dar la ubicación
exacta de estos nidos. Asimismo, una de las principales causas de la
pérdida de ejemplares de esta especie ha sido, tal como afirman los
expertos de la Consejería de Medio Ambiente, «el boom inmobiliario y
las consecuencias que este ha tenido en las alteraciones de los hábitats
(nidos)».
La intervención de reconstrucción de nido ha buscado, principalmente,
un emplazamiento de mayor dificultad para el acceso humano para
asegurar la pervivencia de la pareja reproductora. El nido artificial se
compone de una estructura metálica maleable ajustada a las dimensiones
reales de un nido de águila perdicera que se recubre de vegetación de la
zona. La estructura del nido es apuntalada en la zona rocosa lo que le
asegura ser perdurable. No obstante, se realiza un seguimiento para
asegurar que este nido articificial se mantenga siempre en la posición
correcta. Dicha intervención fue realizada hace un par de semanas, y
durante la misma, la pareja reproductora estaba en las inmediaciones
mientras se realizaba la intervención, que se prolongó durante todo el
día.
El águila perdicera es una especie muy asentada en el territorio, muy
territorial. «Son celosos de su zona de acción pero cuando no están
criando no son agresivos, observan, pían pero no atacan. Por eso la
intervención se hizo en este momento, para posibilitar el éxito en la
reproducción que se inicia en noviembre», aseguran los expertos. En el
último dato de 2012 que consta en los registros de la Junta de Andalucía
(los censos se hacen cada cierto tiempo), el número de parejas en
Andalucía era de 330, de los que Málaga, junto a Almería, es uno de los
lugares donde más proliferación hay, con 74 parejas.
Fuente: diariosur.es
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