La destrucción intencionada de nidos de rapaces protegidas obliga a
eliminar 'vías' para escaladores en tajos y cortados de Granada. Agentes Ambientales especializados detectan más de 90 instalaciones
ubicadas junto a nidales de águila azor perdicera en las Zorreras de
Loja.
Habían puesto sus huevos sobre un lecho de ramas y plumas ubicado en
el borde de una repisa de difícil acceso, alejada de depredadores y al
abrigo de los vientos, pero las águilas no contaban con la presencia
continuada de personas que cada día, una y otra vez, ascendían entre las
rocas ayudados por un sinfín de cuerdas, clavijas y mosquetones
adosados a la pared calcárea que creían inexpugnable. No pudieron
soportar la presión humana y abandonaron la puesta, los huevos no
lograrían eclosionar. Era una pareja de Aquila fasciatus (Águila azor
perdicera), que dos años antes construyó su hogar en los tajos de la
Zorreras Bajas de la sierra de Loja y había sacado adelante a un
polluelo en 2014, un logro que no ha podido repetirse en 2015 porque,
además de la constante visita de deportistas, el nido fue destruido,
arrojado al vacío, «por parte de escaladores y de forma intencionada, ya
que el nidal no podía caer por sí solo y únicamente un especialista en
escalada podría acceder al lugar donde se encontraba», aseguran los
miembros de la Unidad Vertical de Agentes de Medio Ambiente de la Junta
de Andalucía.
Lo ocurrido con los nidales de águilas perdiceras en Loja fue el
detonante para la puesta en marcha de medidas que intentan paliar una
situación que se repite desde hace unos años en muchos de los tajos y
cortados que se utilizan para la práctica de la escalada y que la pueden
convertir en una actividad insostenible y antiecológica, a pesar de las
indicaciones de las federaciones de deportes de montaña que exigen
respeto a la flora y fauna de los espacios naturales y prohíben el uso
de paredes en las que se ha detectado la presencia de especies
protegidas, y la actitud de la mayoría de los escaladores que sí actúan
con respeto total a la biodiversidad de los ecosistemas rupícolas donde
desarrollan su actividad deportiva.
En los primeros días de octubre se ultimaban los trabajos para la
retirada de las vías en las paredes de las Zorreras Bajas. Se trata de
puntos de fijación, anclajes y pasos para cuerdas que las federaciones,
colectivos y escuelas sitúan en los puntos estratégicos de las zonas de
escalada para que sean utilizados por los deportistas que acudan a ese
lugar. Según la Consejería de Medio Ambiente, se había prohibido el uso
de esas paredes de la sierra de Loja en la época de reproducción del
águila perdicera, pero pocos hicieron caso a la prohibición. La
situación fue denunciada por la Sociedad para el Estudio, Observación y
Conservación de la Biodiversidad Mediterránea, Wilder South, cuyo
presidente, Jesús Bautista Rodríguez, cuenta que miembros de esta
organización intervinieron en más de una ocasión en el desalojo de la
zona de nidificación, «tomada por escaladores en su mayoría extranjeros
que alegaban falta de información, a pesar de que había carteles
informativos en varios idiomas instalados en las inmediaciones por parte
de la federación de escalada». En 2014, cuando se conoció la
posibilidad de que la pareja de águilas criase en ese lugar, Wilder
South, el Ayuntamiento de Loja, el Seprona de la Guardia Civil
y los Agentes Ambientales realizaron operaciones de vigilancia
continuada para evitar la presencia de personas en los tajos, lo que
facilitó el éxito reproductivo, pero no contaban con que la presión se
incrementaría en 2015 e incluso destrozasen el nido.
El trabajo de los Agentes Ambientales para la retirada de las
instalaciones de escalada, ha dado resultados sorprendentes y que
muestran el gran incremento de esta actividad en la provincia de
Granada. «Se han retirado 90 vías de escalada situadas a menos de 200
metros del nido de las perdiceras, y más de la mitad de ellas estaban a
menos de 50 metros», afirman los agentes, que desmontaron vías que
pasaban sobre el nido. Los representantes de Wilder South y la
Consejería de Medio Ambiente, alertan sobre el hecho de que casi un
centenar de 'caminos' preparados para escalar en un único paraje «es una
barbaridad».
Biólogos y juristas trabajan en la puesta en marcha de una nueva
normativa que regule el uso de los espacios rupícolas a las necesidades
actuales y que incremente el grado de cumplimiento de las órdenes de
protección, pero recuerdan que ni una sola de las vías de escalada
instaladas en la provincia de Granada, por federaciones y escuelas,
posee las pertinentes autorizaciones, una circunstancia que tendrá que
solventarse en los próximos meses.
Las águilas perdiceras de Loja volverán a su territorio cuando llegue
la época de reproducción y encontrarán un nido reconstruido por la
Unidad Vertical de Agentes de Medio Ambiente, sobre los restos del
anterior y podrán comenzar un nuevo ciclo.
Fuente: ideal.es
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