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8 de abril de 2013

Agentes de Medio Ambiente detectan la presencia de medusas tóxicas en San Fernando, Chipiona y Chiclana

Agentes de Medio Ambiente detectan la presencia de medusas tóxicas en San Fernando, Chipiona y Chiclana.

La Delegación territorial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Cádiz, por medio de sus Agentes han detectado la presencia de ejemplares de medusa tóxica. La conocida como carabela portuguesa (Physalia physal), en playas de Chipiona, San Fernando y Chiclana, asi como en Cadiz, capital, donde desde el pasado lunes se encuentran cerradas al baño.

Los ayuntamientos afectados aseguran que no tienen constancia alguna de la aparición de estas medusas, por lo que las playas se mantienen, por el momento, abiertas al baño.

La Delegación de Medio Ambiente han explicado que la aparición de las medusas puede ser debida a que han sido arrastradas por los vientos de poniente, ya que no han aparecido en otras zonas costeras de la provincia bañadas por el Mediterráneo.

Así, aseguran que en Chipiona, San Fernando y Chiclana los Agentes de Medio Ambiente se encuentran inspeccionando las playas no urbanas, mientras que, al mismo tiempo, se ha remitido información a los respectivos consistorios informando de las peculiaridades de estas medusas; además de recomendaciones de aviso a bañistas, clubes de buceo, de pesca y náuticos.

Fuentes del Ayuntamiento de San Fernando, donde se encuentra la playa no urbana de Camposoto --donde no entrarán a funcionar los servicios mínimos de playas hasta la temporada estival--aseguraron a Europa Press que la delegación de Playas no tiene constancia de la aparición de medusas, aunque los técnicos municipales también se encuentran inspeccionando la zona.

Pasa lo mismo en Chiclana de la Frontera, donde las dos playas del municipio, La Barrosa y Sancti Petri, están aptas para el baño porque no se ha detectado la presencia de estas medusas, aunque precisan que esta situación podría variar dependiendo de las mareas.

En Chipiona tampoco se ha observado la presencia de medusas tóxicas, según las fuentes municipales consultadas por Europa Press, que detallan que los operarios de limpieza han estado revisando los 14 kilómetros de playa de la localidad --Montijo, Micaela, Cruz de Mar, Las Canteras, Regla, Marielo, Tres Piedras y La Ballena-- sin observar nada extraño.

Por último, cabe recordar que el Comité Técnico de Playas del Ayuntamiento de Cádiz, reunido en la mañana de este martes, ha tomado la decisión de mantener la prohibición del baño en las playas de Cortadura, Victoria y Santa María e incorporar a dicha prohibición la playa de La Caleta ante la aparición con la última marea de más ejemplares de la medusa tóxica en todas ellas.

Con apariencia de medusa, la carabela es en realidad un organismo colonial cuyos individuos se especializan para mantener viva la colonia. Se trata de una agrupación de hidroides que se dividen el trabajo: el neumatóforo (parte que flota o vela), los gastrozoides (digestión), dactilozoides (detección y captura de presas, y defensa) y los gonozoides (se ocupan de la reproducción).

Está compuesta por una vela gelatinosa de entre 15 y 30 cm que le permite recorrer los océanos impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas, mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos que le sirven para atrapar a sus presas y que extendidos puede llegar a medir hasta 50 metros, aunque normalmente tienen una extensión de unos 10 metros.

Estos tentáculos están provistos de cápsulas urticantes denominadas cnidocitos que pueden paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano. Estas cápsulas, ante el estímulo apropiado, liberan un filamento hueco espiralado de un único uso llamado nematocisto, que puede ser de distintos tipos: simples ventosas, prolongaciones largas de los tentáculos que se enrollan alrededor de la presa, y púas o espinas que pueden inyectar una toxina proteínica que paraliza a la presa.

Los tentáculos tienen por objeto envolver a las presas e introducirlas en la boca hasta la cavidad gastrovascular, donde comienza la digestión.

En el hombre, el veneno de la carabela portuguesa tiene consecuencias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas, produciendo un dolor muy intenso, e incluso se han registrado casos de muerte.

Fuente: chipiona.org

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