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30 de diciembre de 2015

Condena por envenenar quebrantahuesos, tras investigación policial de Agentes de Medio Ambiente #AAMM #AAFF, Guardia Civil y CAD


El Juzgado de lo Penal de Granada ha condenado a un hombre por envenenar a dos ejemplares de quebrantahuesos en el parque natural Sierra de Castril, en Granada. Tendrá que indemnizar con la cantidad de 6.000 euros a la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, por un delito contra la flora y la fauna, en virtud de una condena que incluye pena privativa de libertad de seis meses. También ha sido inhabilitado para cazar o pescar por un periodo de quince meses.

Los hechos se remontan a mayo de 2011 cuando se localizaron los cadáveres de dos de los quebrantahuesos liberados a través del proyecto de la Junta de Andalucía para la reintroducción del quebrantahuesos, una especie de ave rapaz carroñera en peligro de extinción. Eran Pontones, un macho liberado en 2007, y Cata, una hembra soltada en 2009. Los resultados de las analíticas realizadas revelaron que la causa de ambas muertas fue el envenenamiento por la ingestión de cebos de carne de oveja, impregnados en Aldicarb, una sustancia tóxica muy potente que no solo causa efectos letales sobre la fauna amenazada y los ecosistemas sino que además puede representar un riesgo grave para la salud pública.

Ante estos hechos, que provocaron que la Consejería de Medio Ambiente paralizara de forma temporal la liberación de ejemplares durante más de un año, se inició una investigación policial en la que participó el Seprona de la Guardia Civil, el centro de análisis y diagnóstico de fauna silvestre y la unidad forense de apoyo de los Agentes de Medio Ambiente. En el transcurso de la misma se pudo rastrear el ADN de la carne de dichos cebos, procedente del contenido digestivo de los cadáveres, y cotejarlo con el obtenido a partir de muestras de sangre de las ovejas de varios ganaderos del parque natural de la Sierra de Castril.

Tras varios meses de investigación se pudo conocer que la carne de los cebos procedía de una explotación de la zona, cuyo titular fue acusado de un delito medioambiental. La novedosa técnica utilizada en la investigación policial, que se caracteriza por aplicarse por primera vez en Europa como la de un delito medioambiental, no solo ha permitido aportar al juzgado las pruebas del envenenamiento sino que también ha supuesto una lucha sin precedentes en la lucha contra el veneno, según ha informado la Junta de Andalucía en un comunicado.

La colocación de cebos envenenados en el medio natural es un delito tipificado en el Código Penal y en la normativa administrativa que puede ser sancionado con fuertes multas, incluso con la privación de libertad hasta dos años.

Todos los quebrantahuesos del proyecto de reintroducción que han muerto envenenados, cuatro en total, fueron localizados en la Sierra de Castril. En este mismo espacio natural también se encontraron muertos otros tres ejemplares.

En 2010 ya fue condenado otro ganadero de la zona a 18 meses de cárcel por colocar cebos envenenados con Aldicarb, a raíz de las investigaciones desarrolladas por otro quebrantahuesos muerto en abril de 2008.

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