La recolección de setas será regulada por decreto. Quiere evitar que 'hordas' de buscadores profesionales esquilmen los
montes públicos y lograr que los beneficios se queden en el territorio.
Los paseantes de fin de semana adictos a recoger setas, los
organizadores de jornadas micológicas, los pueblos y bares que ven como
cada año por estas fechas se llenan de aficionados a este nuevo culto
saben bien del valor de este recurso natural, cada vez más apreciado. La
Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía prepara una norma
para protegerlo y evitar malas prácticas.
Se trata de un decreto en elaboración destinado a regular la
recolección de setas en la Comunidad. El texto acaba de pasar el
trámite de exposición pública y está en fase de revisión jurídica, tras
serle incorporadas las aportaciones de las diversas asociaciones y
colectivos consultados. Aún le queda un trecho de procedimiento
administrativo hasta llegar al Consejo de Gobierno, por lo que se estima
que esta campaña micológica aún no estará en vigor, aunque es de
conocimiento de los interesados, en especial de los grupos relacionados
con el medio ambiente.
Javier Madrid, director general de Medio Natural, afirma que
el objetivo de la norma es regular de forma sostenible la recolección
de setas y compaginar la actividad lúdica, o sea, particular, con la
profesional, es decir, la que se realiza con fines económicos, con
intención de que la explotación de este recurso «beneficie al
territorio».
Existe alarma por la aparición de «hordas» de recolectores,
dice el director general, muchos venidos de otros países, que esquilman
los montes sin ningún respeto por el medio natural y que no sólo dañan
el monte sino que también privan del beneficio económico que las setas
reportan a los habitantes de las zonas.
A esto se añade que se trata por lo general de pueblos
situados en el ámbito de parques naturales, y por tanto privados de
otras posibilidades de desarrollo por las políticas proteccionistas por
las restricciones a actividades incompatibes con estas reservas.
El decreto regulador de las actividades micológicas busca
«impulsar la economía del territorio a través de la recolección, la
comercialización y si es posible la transformación de las setas y lograr
que sus beneficios no salgan del ámbito en que se producen», indica el
director general. De este modo, se prevé una normativa que distinguirá
entre la actividad particular y la comercial y establecerá «cuándo,
cómo, dónde» salir a por setas.
Existirá un límite de cinco kilos de setas por persona y
día, una cantidad establecida de acuerdo con criterios científicos y
debatida con expertos.
Se abre, asimismo, la posibilidad de que los montes municipales tengan cotos micológicos.
Las normas se extenderán a la manera de recolectar, cortando
los pies y sin dañar los micelios o revolver los suelos para no causar
daños a futuros ejemplares o próximas temporadas.
Habrá un régimen sancionador y el control y la vigilancia
corresponderá a los Agentes de Medio Ambiente, Seprona y Policía
Autonómica.
Pero el director general afirma que se trata sobre todo de
que «la gente tenga sentido común y respete el monte para poder
disfrutarlo después».
No hay datos acerca de la economía que se mueve entorno a
las setas, una actividad bastante sumergida, como pueda ser la
recolección de caracoles o piñas, pero sí hay constancia de su auge, por
lo que Madrid afirma que es hora de actuar antes de que «se desmadre»
la explotación y sobre todo «que el ciudadano sea responsable y
consciente de que debe cuidar el ecosistema y hacer las cosas bien».
Fuente: ideal.es
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