Cuatro jóvenes son rescatados de noche en la cima del Simancón, en la
Sierra de Grazalema, con principio de hipotermia, sin ropa de abrigo.
Cuatro jóvenes, dos chicos y dos chicas de poco más de 20 años de edad,
fueron rescatados la noche de anteayer tras haberse perdido en el pico
Simancón, en la sierra de Grazalema. Presentaban ya síntomas de
hipotermia. Los senderistas carecían de suficiente ropa de abrigo para
afrontar temperaturas que a lo largo de la madrugada se desplomarían
hasta los cinco y los siete grados bajo cero. Consciente del peligro al
que habían estado expuestos los jóvenes, ya a salvo en Grazalema, el
Agente de Medio Ambiente Francisco Jarillo les dijo: "A vosotros os ha
tocado la lotería por adelantado".
Jarillo rememoraba ayer el
rescate mientras de fondo, en la radio y en la tele, cantaban números y
cantidades los niños de San Ildefonso y, casualidad, le comunicaban a él
que parte del Gordo había caído cerca, en El Bosque. Para unos,
millones; para otros, la vida. Jarillo tiene muy claro que los jóvenes
no hubiesen aguantado la noche tan fría, allí arriba, a 1.551 metros, en
la cumbre del Simancón.
A Francisco Jarillo, coordinador de la
Unidad Biogeográfica de la Sierra de Cádiz, lo avisaron casi a las seis
de la tarde. Estaba en Zahara de la Sierra. Le dijeron que unos jóvenes
senderistas se habían extraviado en el monte, que habían pedido ayuda al
112 a través del móvil. Jarillo puso en marcha a un retén del Infoca.
Poco después, supo que los jóvenes perdidos estaban en la cumbre del
Simancón y solicitó que les dijesen que no se moviesen. Había nubes y
llegaba una noche cerrada.
Con linternas y silbatos, Jarillo y
sus hombres ascendieron por el camino que parte desde el aparcamiento
del cámping de Grazalema en busca de los jóvenes. Todos conocen muy bien
el terreno. Alcanzaron los Llanos del Endrinal, pusieron rumbo al
Puerto de las Presillas y luego rastrearon la zona del Simancón.
Gritando y haciendo sonar los silbatos, hacia las nueve de la noche
lograron localizarlos. Las dos chicas, muy nerviosas y asustadas,
lloraban. Todos tenían frío. Calzaban zapatillas deportivas y apenas
disponían de unos jerseys y poco más para combatir las bajas
temperaturas de la alta montaña.
Despacio, con mucho cuidado,
los jóvenes fueron conducidos camino abajo hasta Grazalema. Había hielo y
el sendero, que desciende junto a la falda del Peñón Grande, estaba
resbaladizo.
Procedentes de Sevilla, los cuatro jóvenes estaban
alojados en la Villa Turística. La tarde de anteayer decidieron recorrer
el sendero señalizado que conduce desde los Llanos del Endrinal hasta
el Puerto de las Presillas. Pero quisieron subir al la cima del
Simancón, se desviaron de la ruta, y se encontraron después con que
conseguían regresar. Se desorientaron. Desesperados al no hallar el
camino, el frío y ver que se acercaba la noche les indicó que no tenían
otra salida que pedir auxilio.
Aún muy asustados, ya a salvo,
los jóvenes le dijeron a Jarillo que nunca más volverían a adentrarse en
la montaña. Fue cuando él les habló de la lotería, del premio de estar
vivos. Eran los primeros agraciados de la Sierra de Cádiz.
Fuente: diariodecadiz.es
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