Medio Ambiente tramita 30 denuncias por baño en las cascadas del Huéznar. Las multas que se han emitido hasta ahora son por infracción leve, con un importe de 75 euros.
La Consejería de Medio Ambiente, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y el Ayuntamiento de San Nicolás del Puerto pusieron sobre la mesa, durante una reunión celebrada en junio del pasado año, la necesidad de coordinar entre las distintas administraciones el control de los usos permitidos en las cascadas del Huéznar, especialmente en época estival, cuando el municipio de la Sierra Norte sevillana pasa de 600 a 2.000 habitantes y, además, hay un mayor peligro de incendio.
El objetivo de este trabajo en común es el de favorecer las visitas para disfrutar de este emblemático espacio, pero impidiendo a la vez toda actividad que pusiera en peligro el entorno y a los propios visitantes. En este sentido, el plan establecido recoge el control de acceso de vehículo a las cascadas, la delimitación de las zonas de aparcamiento, la renovación de la señalización, así como la información y comunicación a las personas para disuadirlos del baño, prohibido desde 2001, cuando la Junta de Andalucía declaró este entorno como Monumento Natural.
Un precedente trágico
Aun con todas estas medidas en práctica, el 22 de agosto de 2015 fallecía un joven de 20 años después de saltar de la cima de una de las cascadas. En el descenso, según informaron algunos testigos, el chico sufrió un grave traumatismo que, pese a los intentos de reanimación por parte de los facultativos sanitarios, acabó con su vida.
A raíz del trágico suceso, Agentes de Medio Ambiente, de la Guardia Civil y de la Policía Local del municipio intensificaron las medidas de control de los usos del monumento. Como consecuencia de esto, una treintena de bañistas han sido sancionados por una infracción leve, que supone una multa de 75 euros.
Antonino Sanz Matencio, director-conservador del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, asegura que «la idea no es denunciar. La gente se suele mostrar muy razonable cuando se le explica que bañarse no está permitido y las consecuencias sancionadoras que puede tener si continúan haciéndolo. Pero hay veces —dice—, que la multa es la única solución».
Respecto de esto, Antonino Sanz señala que los Agentes de Medio Ambiente realizan a diario una media de 200 comunicaciones, con las que informan a los visitantes de lo que pueden o no hacer. «Se trata de concienciar sobre los usos del monumento. Cuando observamos que hay gente bañándose en las cascadas los dirigimos a la playa fluvial de San Nicolás del Puerto», cuenta.
Por su parte, la Guardia Civil está multando igualmente a los conductores que circulan por el interior del entorno natural, a los que estacionan sus vehículos fuera de los lugares habilitados y a los que aparcan en accesos que impiden la entrada de los servicios de emergencia. Unas sanciones que van desde los 60 hasta los 60.000 euros, según la gravedad.
Un chapuzón de más de 600 euros
Las sanciones que reciben los bañistas se apoyan en la Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el inventario de espacios naturales protegidos de Andalucía y se establecen medidas adicionales para su protección. Así, se considera infracción leve «acceder o transitar por reservas naturales o por zonas con limitaciones al respecto o lugares expresamente prohibidos en los instrumentos de planificación de los espacios protegidos», con multas desde 60,10 euros hasta los 601,01. Sin embargo, si esta conducta conlleva que «se produzcan daños importantes para el medio ambiente», la sanción puede llegar a elevarse hasta los 60.101,21 euros.
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