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30 de junio de 2015

Agentes de Medio Ambiente decomisadan caracolas protegidas #AAMM #AAFF en actuación conjunta con Inspección pesquera y Guardia Civil

Medio Ambiente interviene tres caracolas de una especie protegida en un bar de Málaga. El dueño del negocio asegura que se importaron desde Portugal, donde su captura y venta sí está permitida.
 
La Charonia Lampas, la popular caracola, cuya concha permite escuchar el rumor del mar cuando se pega al oído, es una especie protegida en España, y por tanto su captura y venta está prohibida. Una actuación conjunta de Agentes de Medio Ambiente y de Inspección Pesquera, junto con el Seprona de la Guardia Civil, se saldó el pasado martes con el decomiso de tres ejemplares que estaban dispuestos para su consumo en un bar de la capital. En cambio, el propietario del establecimiento rechaza que estuviera haciendo nada ilegal, puesto que se importaron desde Portugal, donde su venta sí está permitida.

Fuentes de la Delegación de Medio Ambiente de la Junta explicaron que la actuación se planteó tras tener conocimiento de que se estaban vendiendo caracolas de esta especie en mercados y bares. Por ello, se llevó a cabo una campaña de inspección en varios establecimientos, que se saldó con la localización de estas tres unidades, que fueron decomisadas. 

La Charonia está incluida en el catálogo español con régimen de protección especial (Real Decreto 139/2011), y en el andaluz por transposición. Su tamaño medio está entre 20 y 30 centímetros y está catalogada como «especie vulnerable», un grado medio de control, previo al de «peligro de extinción». Por ello, el Seprona ha tramitado la denuncia por la vía penal, y el titular del establecimiento se enfrenta a una multa de 3.000 euros. 

En la costa de Málaga se localizan en tres zonas, sobre todo en ambientes rocosos de Estepona, Mijas y La Araña-Rincón de la Victoria. Aunque es comestible y antiguamente su consumo era habitual, los técnicos advierten de que puede contener una toxina que actúa como un paralizante para el ser humano. 

Desde Medio Ambiente pidieron a los usuarios y comerciantes que se informen adecuadamente antes de comprarlas o cogerlas, ya que se pueden enfrentar a fuertes sanciones. Su control llega hasta el punto de que ni siquiera se pueden exhibir las conchas en lugares públicos.

Versión del empresario

Muy diferente es la versión de Manuel Blanca, propietario del histórico bar El Racimo, en la calle Mármoles, que es donde se produjo la intervención. De entrada, aseguró que el despliegue fue «desproporcionado», con seis vehículos y una veintena de agentes del Seprona y Medio Ambiente. Argumentó que tiene la factura de haberlas comprado en una pescadería del mercado de Bailén, que las vendía tras haberlas importado de Portugal, donde su comercio es legal. Por ello, indicó que ya ha presentado los documentos y va a recurrir la sanción. «Nos han avasallado, nos han hecho un estropicio en un negocio con 80 años de historia», criticó.

Consultados por la cuestión de la procedencia de Portugal, desde Medio Ambiente aclararon que aunque allí sean legales, aquí está prohibida su comercialización.

Fuente: diariosur.es

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