
Los hechos tuvieron lugar en Berja (Almería), el 20 de enero de 2010, cuando efectivos del Seprona y Agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía pusieron de manifiesto la existencia de, al menos, siete emplazamientos distintos con restos de carne o vísceras impregnadas en un insecticida de muy elevada toxicidad.
Así, según la organización conservacionista, el condenado colocaba los cebos envenenados en los alrededores de la explotación ganadera con la finalidad de erradicar cualquier depredador del ganado. La ingestión, inhalación o contacto con estos cebos "podría haber provocado la muerte de gran cantidad de animales o de cualquier persona que pudiera haberse acercado a los mismos".
La investigación llevada a cabo de forma conjunta por el Seprona y los Agentes de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha sido "ejemplar", ya que ha permitido demostrar con "claridad" la autoría de los hechos a través de las pruebas recogidas. El éxito de esta operación demuestra la importancia de la formación de los agentes de la autoridad que intervienen en los casos de veneno.

Por otro lado, ha explicado que las técnicas de investigación llevadas a cabo para la detención del responsable se han basado en las impartidas en los cursos de especialización organizados por la Estrategia Andaluza Contra el Uso Ilegal de Cebos Envenenados en el Medio Natural y el Manual de protección legal de la biodiversidad para los agentes de la autoridad ambiental en Andalucía, editado por la Junta de Andalucía en 2009.

Así, el proyecto Life+ Veneno, que tiene como objetivo lograr una disminución significativa del uso de veneno en España, cuenta con un presupuesto de 1,6 millones de euros, de los cuales la Comisión Europea cofinancia el 40 por ciento, y se desarrolla entre 2010 y 2014.
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