Un repunte en la caza ilegal obliga a los Agentes de Medio Ambiente a patrullar de noche. Pillaron ‘in
fraganti’ a cinco furtivos que estaban actuando en Conil y han
requisado abundante material en éste y otros puntos de la provincia.
Con el inicio de las temperaturas otoñales llega también la migración
de aves al sur de Europa. Es el caso cientos de especies como los
zorzales cuya caza sí se permite en Andalucía siempre y cuando se cumpla
la normativa. Pero esas reglas no están siendo respetadas por todos.
Agentes de Medio Ambiente han detectado en las últimas semanas un repunte en las prácticas ilegales para la captura de zorzales
en diferentes espacios naturales de la provincia de Cádiz. La alerta
les ha llegado gracias a la colaboración ciudadana y el aviso de
ecologistas y cazadores 'legales', quienes rechazan estas prácticas.
Así ante las numerosas denuncias recibidas en las últimas semanas, los Agentes de Medio Ambiente decidieron patrullar de noche para,
una vez detectadas las posibles zonas donde se estaban realizando estas
capturas ilegales, coger a los infractores de improviso. Y, de momento,
lo han conseguido en dos ocasiones. Una de ellas, en Conil,
donde denunciaron a cinco personas que estaban desarrollando esta
actividad ilícita con total impunidad. Les cogieron ‘in fraganti’ y se
les pudo decomisar tanto las redes japonesas que usan estos furtivos y
que, prácticamente invisibles, son colocadas verticalmente en zonas de
paso y dormideros de zorzal, y también reclamos, unos aparatos
electrónicos que imitan los sonidos de estas aves y que les sirven para
llevarlas hasta la zona donde serán capturadas. La otra actuación se
desarrolló en El Puerto donde el furtivo pudo escapar aunque dejando detrás 16 zorzales y un mirlo común que pudieron ser liberados.
Palas de pádel para rematarlas.
En total, en las últimas semanas los agentes han intervenido en
diferentes localidades 17 redes japonesas y ocho reclamos electrónicos.
Pero además los técnicos llaman la atención de un detalle más cruel. En
una de estas intervenciones comprobaron que los furtivos usaban palas de
pádel y de madera para poder golpear hasta la muerte a las aves que
quedaban en la red en altura.
Si es cierto que este tipo de caza ilegal coincide con los periodos
del paso de estas aves migratorias como otros años, los agentes sí
llaman especialmente la atención sobre la «especialización» que están tomando los furtivos.
«No se trata de los métodos habituales como perchas, costillas o lazos
sino que ya se usan nuevas técnicas que les permiten mayor número de
capturas», advierten.
En este sentido, alertan de la existencia de un mercado negro del comercio
de estas aves en bares y restaurantes que les permite que el ‘negocio’
sea rentable. Para hacerse una idea, mientras que un cazador por los
métodos habituales pueden capturar en torno a unas 20 aves en un buen
día, con estas redes y los reclamos se pueden llegar a coger hasta 200.
Pero además, entre esas especies pueden colarse otras cuya captura está
terminantemente prohibidas ya que se tratan de aves protegidas.
Los infractores se enfrentan a sanciones administrativas, calificadas la mayoría de ellas como graves, cuya multas económicas pueden llegar a ser «muy elevada».
Fuente: lavozdigital.es
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