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8 de noviembre de 2011

Agente de Medio Ambiente de Huelva alerta sobre el uso y peligro del estramonio

El estramonio invade casi toda la provincia de Huelva. Esta planta, causante de dos muertes en Getafe, es “muy común” en suelo onubense.

Después de la trágica rave (fiesta de carácter ilegal) de Getafe, acaecida el pasado mes de agosto, la Datura stramonium, nombre científico del estramonio, copó las páginas de sucesos al provocar sus efectos tóxicos la muerte de dos jóvenes. Pero no lo que no sabíamos es que esta planta es “muy común” en suelo onubense y cada vez es mayor su presencia por la acción del hombre sobre el entorno. “De la Sierra de Huelva hasta Punta Umbría” se pueden encontrar numerosos ejemplares de esta especie “potencialmente peligrosa” para el hombre.

Existen muchas preguntas alrededor del estramonio tras lo acontecido en la localidad madrileña. Los onubenses han leído y escuchado informaciones sobre sus efectos mortíferos, pero ¿sabían que esta solanácea brota en Huelva? La citada planta enraíza con facilidad en los espacios humanizados y “desde Punta Umbría hasta la Sierra podemos encontrar este género de Datura”, recalcó el agente de Medio Ambiente, Enrique Sánchez.

De hecho, es una especie “muy extendida en lugares humanizados y degradados”-apuntó el biólogo Pablo J. Romero-, como eriales, descampados, escombreras y márgenes de ríos y caminos. También aparece como mala hierba en cultivos y barbechos, pudiendo llegar a ser localmente muy abundante. Esta invasión está motivada “por su carácter nitrófilo y por la propia la acción del hombre en espacios naturales al ser una planta antropófila que le gusta el contacto con medios alterados por el ser humano”, puntualizó Enrique Sánchez.

En algunos lugares incluso se ha convertido “en una planta invasora que ocasiona importantes perjuicios ecológicos y económicos, además de los riesgos derivados de su toxicidad. No sólo es peligrosa si se consume, sino que incluso puede serlo para los trabajadores que desarrollan su actividad en contacto con estas plantas”, especificó el biólogo serrano. De hecho, según indicó Pablo J. Romero,  se han descrito trastornos oculares y neurológicos como visión borrosa, vértigo, dolor de cabeza o náuseas en agricultores que trabajan en cultivos donde el estramonio abunda como mala hierba.

En la provincia de Huelva hay constancia de la existencia de cuatro especies del género Datura: Datura Stramonium, la más frecuente, Datura wrightii, Datura inoxia y Datura ferox, aparecida recientemente en suelo onubense. “Todas son tóxicas y contienen los alcaloides causantes de sus efectos alucinógenos”, explicó el agente de Medio Ambiente.

La elevada toxicidad del estramonio proviene de la presencia del alcaloide derivado del tropano hioscimina, que bloquea el sistema parasimpático o sistema nervioso involuntario, que interviene en la salivación, parpadeo o ritmo cardiaco. Esta sustancia aparece principalmente en la raíz, tallos jóvenes, peciolos y nervios principales de las hojas, con una concentración más elevada por la mañana.

“El consumo de esta planta en infusiones, cremas o cigarrillos es muy peligroso”, recalcó el agente de Medio Ambiente, Enrique Sánchez, si bien, continuó éste, “su erradicación es absurda porque cumple su función ecológica, lo que hay que evitar es un mal uso” para que no haya que lamentar más muertes.

De moda en el 68. La moda alucinógena del estramonio apareció en el año 1968, coincidiendo con la publicación del libro ‘Las Enseñanzas de Don Juan’, de Carlos Castaneda. En esta obra narra la experiencia de su consumo por medio de la vivencia de un brujo de la etnia yaqui (México). “Con esta publicación, la Datura stramonium se puso de moda como psicotrópico en un ambiente contracultural”, explicó el agente de Medio Ambiente, Enrique Sánchez.

En el citado libro, el estramonio aparece definido como una especie “psicodélica” que permite realizar un “viaje místico”. El autor Carlos Castaneda remite a la utilización alucinógena de la planta a través de tisanas, es decir, infusiones.

Posiblemente, según recalcó el biólogo Pablo J. Romero, fue utilizada también por oráculos y brujos en las edades Antigua y Media.

Curiosamente, en las denominaciones gallegas de la planta se encuentra el término ‘erva de bruxos’, que significa hierba de brujos.

En este sentido, Enrique Sánchez puntualizó que “las brujas mezclaban el estramonio con grasas animales, belladona y beleño. El resultado: un especie de mejunje que se untaban en la piel para experimentar posteriormente un vuelo alucinógeno”.

Como dato más importante para el conocimiento preventivo, la concentración de alcaloides, como atropina, escopolamina o hioscimina, produce efectos paranoicos en el consumidor y consecuencias muy perjudiciales sobre el organismo de éste, como arritmias o escasa salivación.

Usos populares y peligrosidad. La Datura stramonium es una planta muy venenosa, especialmente las semillas, por contener  alcaloides que actúan sobre el sistema nervioso produciendo alucinaciones y dilatación de las pupilas, pudiendo en suficiente cantidad llegar a causar la muerte, como ocurrió en agosto en la rave de Getafe.

La realidad ha puesto en la palestra pública la nociva utilización del estramonio para el consumo humano. Sus alcaloides, atropina, hiosciamina e hioscina, actúan de manera perjudicial en el organismo y tras una gran ingesta incluso pueden provocar la muerte en sus consumidores.

El médico Manuel Luis Cid es muy específico al abordar su toxicidad. “Entre los efectos de la intoxicación por estramonio destacan las alucinaciones (el intoxicado llega a creerse y comportarse como un animal), exagerada dilatación de las pupilas, fotofobia (como consecuencia de la dilatación pupilar) y fuertes náuseas pero sin vómitos. Puede llegar a producirse la muerte en caso de consumo en elevada cantidad, o en personas debilitadas. A veces las lesiones o la muerte no son directamente por el efecto tóxico de la planta, sino por los cambios de conducta que produce, que hace que el individuo huya al campo, exponiéndose sin control al sol, al calor o al frío, o que por el contrario se esconda, debido a la fotofobia, y sea difícil dar con su paradero”, aclaró este doctor de Jabugo.

De hecho, Manuel Luis Cid asegura haber tratado, hace ya varios años, a un joven intoxicado por haber consumido las semillas fumadas en una pipa, “pero se trata de un caso aislado y excepcional, ya que la planta es poco conocida a nivel popular”, apuntó. Aún así es necesario incidir en la “elevadísima peligrosidad” del estramonio, tanto por los propios componentes tóxicos de la misma como por las consecuencias “imprevisibles” derivadas de las alteraciones de conducta que produce.

La cultura popular transfirió multitud de apodos al estramonio como trompeta del infierno, berenjena del diablo o higuera loca. Su uso también caló en las sociedades añejas, pero con un componente terapéutico. De hecho, en la localidad serrana de Jabugo, esta planta fue utilizada hace más de 40 años para combatir el asma y otras enfermedades respiratorias, por su efecto broncodilatador.

“Se usaban las hojas, enrolladas y fumadas como cigarros medicinales. Los enfermos con escasos recursos lo hacían de manera artesanal, ya que estos cigarrillos se vendían en las farmacias pero eran caros”, apuntó Manuel Luis Cid.

Por su parte, el agente de Medio Ambiente, Enrique Sánchez, apuntó que “los usos terapéuticos del estramonio han sido utilizados desde la Antigüedad para combatir tos convulsiva, enfisema pulmonar, reumatismo articular, quemaduras e incluso ninfomanía, como apunta en este último caso ‘El Dioscorides Renovado”.

El propio Enrique Sánchez apuntó que su empleo farmacéutico “aún continúa y existen cultivos para extraer algunos de sus alcaloides, que en la proporción adecuada combaten dolencias relativas al aparato respiratorio”.

Ángel o demonio. El estramonio dibuja una delgada línea que cruza el hombre hacia un lado u otro dependiendo de su uso.

Sin noticias en las raves de Huelva. En Huelva también se celebran rave, o fiestas sin autorización legal, como la acontecida en Getafe a la que asistieron los dos jóvenes que consumieron estramonio y que posteriormente fueron encontrados muertos.

Durante el presente periodo estival, la zona de Rompeculos como un pinar próximo a El Portil, han sido los escenarios elegidos para este tipo de fiesta. Algunos de sus asiduos han asegurado que la ingesta o venta de sucedáneos de esta planta no se produce en las raves de Huelva, pero sí alertan sobre su peligrosidad al consumirla.

“Nunca he visto estramonio en una rave onubense. Eso no se suele conseguir ahí y no tengo ni idea como se prepara. Pero he escuchado que es muy fuerte y que incluso puedes morir con una dosis muy pequeña. Habría que aclarar su peligrosidad para que no tengamos que lamentar un trágico suceso”, aseguró un ravero que prefirió no dar su nombre.


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